viernes, 9 de noviembre de 2012

Hoy no os voy a hablar de Singapur

Mi intención hoy era hablaros sobre Singapur y el crecimiento que ha tenido desde que fue expulsado de Malasia. Pero no puedo hacerlo mientras muchos de mis conciudadanos están concentrados frente al Palacio de Justicia de mi pueblo para condenar la muerte de una vecina, madre de un chico de mi edad con el que he jugado a veces a fútbol cuando eramos más pequeños, que se ha suicidado cuando la estaban desahuciando.

Os podría contar lo injusto que es, como muy bien comenta mi compañera Helena en su blog "la actitud miserable de unos bancos que imponen, embargan y ejecutan hipotecas, tras ser rescatados con dinero público"Sin embargo, tampoco tengo ganas de eso hoy. 

Creo que el único punto que explica mi opinión es que lo primero son las personas. Como dice Pepe Múgica, presidente de Uruguay "La gran crisis no es económica, es política. El hombre no gobierna hoy, sino que las fuerzas que ha desatado lo gobiernan al hombre".

Por último solo quiero decir que el banco que desahuciaba a Amaia, mi vecina, llevaba más de un año ofertado su piso y perdonó al PSC una deuda de 6,5 millones de euros en 2005. Aquí el vídeo de la hipocresía.





Quiero añadir también unas líneas del blog de Iñigo Sáenz de Ugarte que explican un poco cuál es la cuestión en este tema.


"Todo es legal en los desahucios. Es legal cuando los bancos proceden al embargo por impago. Es legal cuando los jueces dictan la orden de desahucio. Es legal cuando la policía protege a los representantes del banco y del juzgado al aplicar esa orden. 
Todo es legal pero es terriblemente injusto cuando el Gobierno utiliza miles de millones de euros para salvar a los bancos de sí mismos, cuando se olvidan las leyes de la economía de mercado para rescatar a empresas privadas de la ruina a la que les han llevado las decisiones equivocadas de sus responsables con la complicidad evidente de los responsables políticos en el caso de las antiguas cajas de ahorros.
Para los bancos (y quizá mañana las empresas concesionarias de autopistas), las leyes se adaptan para impedir su defunción. Para los que no tienen ni dónde caerse muertos sólo queda la aplicación de la ley por injusta que sea."

1 comentarios:

José Luis dijo...

Valiente post. Está claro que para nuestro pesar a menudo lo legal está a años luz de lo ético, de lo moralmente correcto. A mi también me gusta cómo lo expresa Mujica. Un gran tipo. Oíste su mensaje en Rio20?. Un saludo y ánimo. Como decimos por mi tierra, "to palante".

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