Hoy finalizo esta serie de entradas sobre el crecimiento económico de Singapur desde su independencia. También termino con la serie de posts de temática sobre la economía de Asia. Hablaré sobre las estrategias económicas tomadas por el gobierno de Singapur en la década de los 90.
Años 1990
Principales retos económicos
Similarmente a la anterior década, el principal desafío
económico de Singapur en la década de los 90 era asegurar que la nación podía
desarrollar una economía basada en la alta tecnología. Esto se basaba en pasar
de una producción intensiva en la mano de obra barata a una que requería
empleados altamente cualificados en industrias de alto valor añadido.
Estrategia tomada por el gobierno
Durante los años 90, el gobierno de Singapur continuó sus
altas inversiones para desarrollar la alta tecnología en el país. A través del Consejo
Nacional de Informática, Singapur invirtió alrededor de 2.000 millones de
dólares entre 1991 y 1995 y 4.000 millones de dólares entre 1996 y 2000, para
diversos planes de desarrollo de la alta tecnología. La agrupación en clústeres
de las empresas de alta tecnología se llevó a cabo mediante la agrupación de
parques tecnológicos, entre los que se encuentran la Universidad Nacional de
Singapur (UNS), la Universidad Tecnológica de Nanyang, el Instituto de Ciencia
de Sistemas y otras instituciones secundarias. Además, el gobierno también
profundizó el nivel de investigación tecnológica del país a través de programas
de cooperación entre la Universidad Nacional de Singapur y empresas de alta
tecnología de los Estados Unidos, Australia y Europa.
Otra estrategia importante adoptada por Singapur en los años
90 fue el hecho de darse cuenta de la necesidad de expandir sus actividades
económicas en la región. Singapur ya no era el ideal de país con mano de obra
barata. Sin embargo, las regiones circundantes de Malasia e Indonesia todavía
tenían una masa importante de trabajadores con pocas cualificaciones y con
salarios bajos. A principios de la década de los 90 se creó el triángulo de crecimiento
Singapur-Johor-Riau (SIJORI) para reubicar las inversiones en industria de
Singapur en las regiones cercanas de Johor en Malasia y las islas Batam Bintan
de la provincia de Riau, en Indonesia. Singapur actuó como el principal centro
financiero del triángulo, mientras que Johor y Riau proporcionaban la mano de obra
para los procesos de fabricación.
En 1989 se propuso un plan para la cooperación económica
entre Indonesia, Singapur y Malasia. Sin embargo, la iniciativa SIJORI no se
puso en marcha hasta la década de los 90, dirigida por el Consejo de Desarrollo
Económico de Singapur. Sus miembros originales fueron Singapur, Johor (Malasia)
y la provincia de Riau en Indonesia. Singapur se beneficiaría de la cooperación
regional ya que Johor y Riau le proporcionarían el espacio, los recursos
(comida, gas natural y agua) y la mano de obra que necesitaba. Malasia e
Indonesia también se beneficiarían de la iniciativa debido al desarrollo en
infraestructuras, el crecimiento económico y la experiencia financiera de
Singapur. Bajo este acuerdo, Singapur proporcionaría los contactos y los
servicios financieros para que los inversores extranjeros establecieran sus
plantas de fabricación en ambas regiones. Las provincias de Johor y Riau
proporcionarían incentivos fiscales y financieros a las empresas extranjeras
para que trasladasen sus fábricas desde Singapur.
Triángulo de crecimiento de SIJORI
El temprano acuerdo político facilitó la cooperación entre
todas las partes implicadas para la construcción de zonas industriales en las
regiones de Johor y Riau, especialmente en las islas de Batam y Bintan. La
cooperación entre Singapur y Riau era estructuralmente más formal que la que
había entre Singapeur y Johor, gracias a la creación de un acuerdo bilateral
oficial entre Indonesia y Singapur para iniciativas conjuntas en Batam y
Bintan. Sin aparente cooperación entre Johor y Riau, estaba claro entonces que
el triángulo había evolucionado debido al gran esfuerzo del gobierno de
Singapur en tratar de desarrollar Johor y Riau como sus brazos económicos
externos y posicionarse como el centro financiero de la región.
De 1996 en adelante, el triángulo SIJORI se expandió con la
inclusión de nuevas regiones y provincias. De esta manera, el triángulo pasó a
conocerse como el Triángulo de Crecimiento Indonesia-Malasia-Singapur (IMS-GT)
con la adición de Sumatra Occidental en Indonesia y el de Pahang Sur, Negri Sembilan
y Malacca en Malasia. Entre todos estos
pares de colaboración, la cooperación entre Singapur y la provincia de Riau
(incluyendo las islas de Batam y Bintan) sigue siendo el nexo económico más
importante en la actualidad. A fecha de 2003, el número de bases industriales
de empresas multinacionales en ambas islas superó las 70, incluyendo compañías
como Phillips, Siemens y Thomson, que todavía mantienen sus operaciones
financieras en Singapur. Solamente en la Isla de Batam se han invertido hasta
hoy más de 2.000 millones de dólares. El grueso de la inversión proviene de
empresas con sede en Singapur.
Factores que favorecieron la creación del triángulo de crecimiento SIJORI
Localización y ventajas infraestructurales
La situación geográfica de Singapur, Johor y Riau contribuyó
a la formación inicial del triángulo de crecimiento. Gracias a la facilidad de
transporte entre las tres áreas, el coste de formar el triángulo económico fue
relativamente bajo. Singapur y Johor estaban unidos por una carretera de 1,2 km
de distancia, con capacidad para más de 40,000 vehículos diarios. Entre tanto,
Singapur y Batam están a solo 20 km de distancia, y están conectados por una
ruta eficiente de ferris que puede realizar hasta 70 viajes diarios.
A principios de los 90, entre las tres áreas, Riau era la
única que todavía no tenía una buena red de infraestructuras. Debido al
crecimiento económico de los 80, Johor había desarrollado una buena
infraestructura física, incluyendo puertos y aeropuertos. Singapur ya tenía una
red de infraestructuras de clase mundial para ese momento. El acuerdo para la
cooperación entre Singapur y Riau incluyó una joint venture entre los gobiernos de Singapur e Indonesia que se
encargaría de desarrollar las infraestructuras de Riau, especialmente la de las
islas de Batam y Bintan.
Aportación de factores económicos suplementarios
En la década de los 90, Singapur había establecido
totalmente sus sistemas de transportes, finanzas y telecomunicaciones, además
de haber adquirido mucha experiencia en gestión tras haber sufrido un rápido crecimiento
económico desde 1960. Singapur tenía mucha experiencia en la gestión de
inversiones extranjeras, y estaba en el camino de convertirse en productor de
bienes de alta tecnología. Con la subida de los salarios y el mercado laboral
tan reducido, Singapur tuvo que buscar mano de obra barata en las regiones
cercanas para mantener su competitividad.
Riau y Johor proporcionaron a Singapur esa mano de obra
barata que tanto necesitaba. Johor y Riau tenían un montón de recursos y
trabajadores de bajo coste. Entre los dos, tenían una superficie de 100.000 km2,
con una población de alrededor de 3 millones cada uno. En los 90, la mayoría de
los empleados en Johor trabajaban en el sector industrial y gracias al
desarrollo económico de los años 80, la cualificación de sus empleados había
aumentado ligeramente. Por el otro lado, Riau proporcionaba la mano de obra
barata para la fabricación (principalmente en electrónica) en Batam, y en su
isla de Bintan tenía los recursos naturales necesarios para transformarla en un
resort turístico.
Cambio de políticas y cooperación gubernamental
Los principales esfuerzos para garantizar una cooperación
regional exitosa entre las tres regiones los hizo el gobierno indonesio en 1990
con la aplicación de cambios en las políticas de inversión extranjera para la
Isla de Batam en la provincia de Riau. Este cambio permitió que las empresas de
la isla tuvieran propiedad 100% de empresas privadas extranjeras y el
desarrollo del sector industrial en la isla. El gobierno indonesio también redujo
trabas burocráticas y permitió que las empresas negociaran directamente con la
Autoridad para el Desarrollo Industrial de Batam (ADIB), en vez de tener que
tratar con órganos superiores del país como era el Consejo de Coordinación de
la Inversión Nacional (CCIN) en Yakarta.
Gracias a las reformas llevadas a cabo por el gobierno de
Indonesia, Batam siguió siendo la pieza central de la colaboración entre
Singapur y Riau, lo que incentivó la inversión singapurense en infraestructuras
y ayudas económicas para el desarrollo de la región. El gobierno de Singapur
comenzó a realizar grandes inversiones en las islas de Riau desde principios de
los años 90 en adelante. Para mediados de la década de los 90 había más de 400
fábricas de propiedad extranjera en Batam, de las cuales el 70% estaban
relacionadas con empresas de Singapur. Además, el gobierno de Singapur ayudó a
desarrollar la infraestructura en Batam. En 1991, se abrió el Parque Industrial
de Batamindo, desarrollado conjuntamente por empresas relacionadas con el
gobierno de Singapur y el Grupo Salim de Indonesia. Futuros desarrollos en las
islas de Riau incluirían la creación del Resort Internacional de Bintam, el
Polígono Industrial de Bintan y el Polígono Industrial de la Isla de Karimun,
que en total atrajeron más de 4.000 millones de dólares de inversión a las
islas.
En el caso de Johor, hubo una menor implicación por parte
del gobierno a la hora de apoyar el crecimiento del triángulo SIJORI. A pesar
de los graves desacuerdos entre el gobierno de Kuala Lumpur y el de Singapur,
Malasia reconocía la importancia de una buena cooperación entre Singapur y
Johor para el crecimiento económico de Johor y de Malasia en general. Desde el
principio de la iniciativa SIJORI, el gobierno de Malasia introdujo medidas que
facilitaban el traslado de multinacionales desde Singapur a Johor. Se crearon
nuevos polígonos industriales e institutos de formación para trabajadores en
Johor. El gobierno malasio también asumió el papel de mejorar la
infraestructura de transporte en el área de Johor.
Resultados económicos del período
Para finales de los 90, el porcentaje que ocupaban los
servicios financieros en el tota del PIB de Singapur aumentó para situarse
alrededor del 30%, bastante más que el 20% que tenía en la década de los 80. El
número de investigadores científicos creció a más de 10.000 para finales de los
90. La economía de Singapur creció a un promedio del 8% en los años 90 hasta
que se contrajo en un 1% en 1998 debido a la crisis económica asiática.
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